Arquitectura vernácula en el Vale de Algoso (II)

Previously, on Arquiteutu Técnicu na Rede, dábamos un paseo por las calles adoquinadas de cuatro aldeas del distrito de Bragança (Atenor, Teixeira, Mora y Uva). En este post vamos a afinar la mirada para realizar un pequeño diagnóstico patológico detectando las lesiones más habituales en este tipo de construcciones populares rurales.

Como la característica que identifica la arquitectura vernácula del Vale de Algoso son los muros de mampostería ordinaria de xisto, vamos a centrarnos en las lesiones que encontremos en estos muros, pudiendo diferenciar entre patología de la piedra, debida sus características petrológicas intrínsecas y los agentes agresores a los que esté expuesta, y patología del cerramiento, en la que se tiene en cuenta el funcionamiento estructural del elemento como un conjunto.

Para estudiar la patología de la piedra es necesario conocer los mecanismos de alteración, que se dividen en las características intrínsecas de las rocas (composición química, estructura de la roca, resistencia mecánica, dureza superficial y porosidad), los agentes agresores (agua, contaminantes atmosféricos y sales solubles) y las clases de agresiones (viento, acciones térmicas, acción del hielo, cristalización e hidratación de sales solubles, disolución e hidrólisis, oxidación y reducción, procesos biofísicos y procesos bioquímicos).

No he podido comprobar la existencia de una patología generalizada en la piedra de esquisto utilizada, a excepción del extraño caso documentado en el anterior vídeo, donde se detecta un primer estado de desintegración granular, lesión más habitual en rocas sedimentarias y en algunos granitos, pero no documentada en rocas metamórficas. Esta lesión sólo aparece en la gran losa que forma la jamba de una vivienda en avanzado estado de ruina. Lo aislado de esta circunstancia y la imposibilidad de realizar un análisis que arroje mayor información, hace imposible aventurarse a teorizar y lanzar una hipótesis que explique el proceso de deterioro.

Esta ausencia de una patrón patológico en las piedras de los muros de construcciones populares se debe fundamentalmente a dos factores. En primer lugar, el entorno rural y aislado genera unas condiciones climáticas estables donde no existen altos valores de contaminación atmosférica que aceleren los procesos naturales de degradación. En segundo lugar, los revestimientos de tierra o cal que protegían los muros, y de los que hablaremos más adelante, actúan como morteros de sacrificio que conservan la piedra es sus condiciones originales.

Pasemos ahora a analizar la patología de los cerramientos. Las causas de las lesiones que podemos encontrar en estos cerramientos de piedra se encuentran, en la gran mayoría de los casos, en acciones mecánicas y esfuerzos higrotérmicos que, combinados con deficiencias en la ejecución de los muros de mampostería, producen fisuras y grietas entre los elementos unitarios (xisto) y el mortero (tierra o cal).

grietaaparejo

Esta deficiente ejecución, debido a una degeneración y pérdida progresiva del buen hacer constructivo transmitido entre generaciones, se manifiesta al comprobar el aparejo de los muros, es decir, la disposición de los mampuestos entre sí, su trabazón, solape y la proporción entre mortero y piedra. La calidad de este aparejo es la que permite al conjunto absorber los esfuerzos a compresión y tracción.

Esta disposición, como comentábamos en la primera parte de esta serie sobre la arquitectura vernácula del Vale de Algoso, presenta una serie de elementos de gran formato que atraviesan el muro en todo su espesor, los perpiaños. Estas piezas de mayor tamaño también sirven para romper la concatenación de llagas, juntas verticales perpendiculares al paramento del muro, que debilitan su cohesión y disminuyen la resistencia a tracción del mismo. Cuando esta junta vertical se repite en más de dos hiladas, tenemos prácticamente asegurada la aparición posterior de una grieta al menor empuje o asentamiento que reciba o sufra el cerramiento.

grietaesquina

Particularmente sensibles son los encuentros en esquina entre dos paramentos. En estos puntos es habitual encontrar grandes sillares de granito, labrados por dos de sus caras, para proteger y estabilizar el muro. En otros cerramientos de ejecución más humilde realizados íntegramente con xisto, piedra más abundante y sencilla de trabajar, encontramos deficiencias en el encuentro que se manifiestan en forma de grietas al no poder resistir las acciones mecánicas complementarias de dos direcciones.

De la misma manera, en los singulares y abundantes muros curvos que podemos encontrar en este tipo de arquitectura, la imposibilidad de introducir elementos de mayor formato, que doten de solidez y optimicen el aparejo del conjunto, hace que estos no sean capaces de absorber los movimientos a los que puedan estar sometidos.

esquinaredonda_i

La gran abundancia de piedra de xisto en el entorno de estas aldeas, junto con la facilidad de su extracción y labrado, hace que ésta se utilice de forma habitual como dinteles y jambas en los huecos practicados en las fachadas de los muros de cerramiento. En el caso de los dinteles, la piedra suele colocarse en la parte exterior del muro, completando el resto de la sección del dintel con tablones de madera que quedarán ocultos.

Una de las lesiones que nos encontramos habitualmente en estos elementos, se produce por la fractura de la losa del dintel.  En este punto se producen esfuerzos a flexión donde el xisto, al no ser tan resistente como su alternativa en granito y no poseer la flexibilidad de la madera para absorber pequeños movimientos, presenta una lesión habitual que, por suerte, no suele producir el desmoronamiento del muro situado por encima del hueco, al tener refuerzos de madera como se comentaba en el párrafo anterior.

fracturadintel

Una de las reparaciones más habituales para poner fin a la lesión consiste en colocar un nuevo dintel, preferentemente de madera, por debajo del dintel de piedra fracturado. En el siguiente ejemplo vemos cómo se ha efectuado dicho refuerzo aunque, posteriormente, se ha macizado el hueco con mampostería de piedra, lo que pone fin a los esfuerzos por flexión de forma permanente.

dobledintel

Por desgracia, buena parte de las reparaciones que vemos en estas estructuras tradicionales no están realizadas con materiales compatibles con las mismas. Hablamos, evidentemente, del cemento. Este material milagroso y omnipresente ha sido ámpliamente utilizado a partir de la década de los 50, tanto en viviendas de nueva planta como en obras de rehabilitación y restauración, pero no siempre se ha estudiado con profundidad las desventajas que implica su uso en estructuras complejas como las fábricas tradicionales, dando por hecho que todo lo moderno es bueno, bonito y barato.

Los tentáculos del lobby del cemento son alargados.

Existe amplia información en internet que trata la incompatibilidad del cemento como mortero para reparar muros tradicionales de mampostería, pero voy a citar exclusivamente las actas publicadas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción donde María Cruz Iglesias Martínez, Catedrática de la Escuela Técnica superior de Arquitectura de La Coruña, hace una clara exposición sobre la cuestión:

cemento

La construcción de muros de fábrica está basada, desde el punto de vista de la capacidad resistente de sus materiales, en la utilización de unos morteros débiles y elásticos, de capacidad resistente menor que la fábrica del muro, formando un importante sistema de pequeñas juntas de dilatación, capaz de absorber las tensiones internas del mismo, deformándose y actuando en último caso como un elemento de sacrificio, deteriorándose, y gracias a la posibilidad de su mantenimiento periódico se asegura la conservación de las fábricas.

Desde el punto de vista del comportamiento frente a la humedad, las estructuras de fábrica tradicionales se basan en la utilización de materiales porosos y absorbentes que permitan y faciliten la evaporación del agua que pueda entrar en los muros, debido a la permeabilidad y capilaridad de los morteros que unen la fábrica o que recubren la superficie exterior de la misma, asegurando valores aceptables del contenido de humedad en el interior de los mismos.

La utilización sucesiva de granulometrías más finas y uniformes hacia el exterior y el aumento de la cantidad de cal en la relación cal/árido, crea una red de poros cuyo tamaño disminuye y permite aumentar la evaporación por capilaridad y la permeabilidad del revestimiento hacia el exterior, obteniéndose una sucesión de capas cada vez más flexibles y débiles que permiten su fácil y eficaz mantenimiento.

El uso del cemento Portland ha sido uno de los materiales modernos que ha causado mayor cantidad de problemas en edificios de muros tradicionales. Los morteros de cemento no absorben los movimientos y expansiones de la fábrica originados por dilataciones térmicas y crean un estado tensional que da lugar a la formación de fisuras, además de impedir la evaporación de agua del interior de las estructuras permitiendo la entrada de agua por capilaridad.

hormigon

Como si no tuviéramos suficiente con las reparaciones que utilizan materiales modernos e incompatibles con los sistemas tradicionales y que generan más problemas de los que eliminan, también nos enfrentamos a una forma más sutil de destrucción del patrimonio arquitectónico. La reinterpretación historicista.

Esta nueva tendencia busca formas de reinterpretar el aparejo tradicional de mampostería de xisto desde un punto de vista puramente estético. Con mejor o peor gusto, este hermoso atrezo no es más que un trampantojo efectista para nada inofensivo. Estas nuevas formas y métodos restan valor al trabajo artesanal que supone la ejecución de muros de fábrica tradicional, arrebatándonos, una vez más, la capacidad que tenemos de autogestionar nuestras vidas con los conocimientos libres compartidos generación tras generación.

Una semilla de la que sólo brota sostenibilidad.

aparejo

Por suerte, aún quedan sensibilidades capaces de entender todas estas cuestiones, a menudo teóricas y abstractas, y que con trabajo e ilusión crean enlaces entre nuestra envejecida población rural y todas las nuevas realidades que brotan con fuerza de las fisuras de este sistema depredador cuyo único objetivo es perpetuarse a sí mismo sin tener en cuenta el entorno natural y cultural que sustenta su propia existencia.

Otros mundos son posibles y vemos que su influencia llega hasta estas pequeñas aldeas del noreste de Portugal, donde la asociación Palombar, junto con todos los voluntarios que acuden a sus convocatorias, trabaja para recuperar técnicas tradicionales, proteger especies autóctonas, construir con materiales naturales y, todo ello, manteniendo unos criterios donde la tecnología convive con la tradición, pero no se impone a ésta.

Y es que la conservación del patrimonio sólo es una cuestión de cariño y respeto.

rehabilitacion

La próxima semana terminaremos este paseo por las velhas aldeas mirandesas hablando finalmente del taller de construcción en piedra seca, motivo por el que pude conocer estas hermosas tierras.

Agradezco, una vez más, la paciente lectura.

DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA:

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