Para finalizar estos paseos llenos de primavera y piedra, qué mejor que volver al origen, es decir, al motivo por el cual tuve la oportunidad de conocer estos remotos lugares que me son tan cercanos.
Creamos redes para compartir, ya sean conocimientos, experiencias, inquietudes o emociones. Somos seres permeables y, como tales, generamos estas redes porque las necesitamos para hacer real aquello que vivimos, las necesitamos para existir. Si como dice la cita que popularizó aquella película, la felicidad sólo es real cuando se comparte, yo añado:
Los conocimientos sólo son reales cuando se comparten.
Y así con todo, porque compartir es vivir.
Dicho esto, la cadena de conocimientos, experiencias, inquietudes y emociones que se han compartido para que haya conocido el Vale de Algoso, tiene como últimos eslabones a pequeños colectivos que trabajan la autoconstrucción artesanal en el centro de Madrid. Conectar Lavapiés, Asturias y el noreste de Portugal es un magnifico ejemplo del poder que tienen estas redes, de sus infinitas posibilidades y múltiples horizontes.
Así pues, tras haber compartido esta pequeña reflexión, hablemos del proceso de reconstrucción de estas hermosas paredes de piedra de xisto utilizadas para la demarcación de terrenos.
Durante el taller de construcción con piedra, que se celebró en Atenor los días 8 y 9 de marzo, se pudo reconstruir alrededor de 40 metros de pared en tan solo jornada y media de trabajo distendido bajo la atenta supervisión de los formadores de la asociación Palombar.
El proceso de trabajo puede seguirse en el video que edité para compartir la experiencia pero, aunque vale más una imagen que mil palabras, conviene resaltar algunos puntos.
En primer lugar, aunque la elección de las piedras sea un factor clave, más importante aún es el rendimiento de trabajo. No olvidemos que, tradicionalmente, estos muros eran levantados por los propios propietarios de los terrenos, cuyas tareas agrícolas y ganaderas no permitían muchos espacios para dedicarlos exclusivamente a trabajos no productivos.
No por casualidad, en este tipo de pequeñas comunidades rurales, perviven aún algunas referencias al trabajo compartido y autogestionado por los vecinos para hacer frente a tareas que requieran el apoyo mutuo para llevarse a cabo. En Asturias los términos andecha y sestaferia hacen referencia a este tipo de iniciativas colectivas, siendo conocidas en el País Vasco como auzolan.
Como el rendimiento se optimiza sólo con la experiencia, es un error habitual de principiante procurar ser demasiado perfeccionista y perder tiempo en la búsqueda de la piedra filosofal que encaje perfectamente en cada hueco. Para evitar esta inevitable tendencia, se cuenta con la ventaja de que el xisto se puede labrar de forma rápida in situ, por lo que si una piedra parece que puede servir, se adapta sobre la marcha a fuerza de maceta. Los pequeños pedazos que resulten de adecuar el xisto a las necesidades de cada hueco se reutilizan como ripios o cuñas con los que asentar sucesivamente el resto de las piedras que formarán la pared.
El segundo punto de mayor interés lo encontramos en el cierre del muro por su parte superior. Esta acción en la que se coloca la última hilera se denomina capiar, y al formato de piedra utilizada capia. Estas piedras sirven para estabilizar todo el conjunto de la pared siendo importante colocarlas inclinadas en la dirección de la pendiente del terreno ya que, si las colocásemos al revés, éstas podrían acabar deslizándose al cabo del tiempo.

FOTOGRAFÍA: Cláudia Costa
Como en todas las construcciones de carácter tradicional, perfeccionadas mediante el conocimiento empírico, nada se deja al azar. Sólo la pérdida de esta tradición da pie a las reinterpretaciones y condicionamientos estéticos que, como comentábamos a lo largo de estar serie de artículos, acaban por convertirse en otra forma de destrucción del patrimonio cultural de nuestras aldeas. Mucho más sutil y difícil de combatir.
Con esta última advertencia, doy por terminados estos paseos y reflexiones sobre el Vale de Algoso con la esperanza de haber transmitido, al menos en parte, la riqueza de este entorno a todos aquellos que hayáis tenido la valentía de dejaros atravesar por su arquitectura.
¡Os espero en el próximo viaje!
[…] la Naturaleza y el Patrimonio Rural. La misma asociación que organizó en marzo el Taller de Construcción con Piedra al que tuve oportunidad de […]