L’afuracada pista forestal xubía mientres la borrina facíase cada vegada más trupa. Ensin puntos de referencia que sirvieren de guía, namái la intuición empobinábame al traviés del corazón d’Asturies. La braña esperaba arrodiada en misteriu. Nella, la contorna desdibuxada d’una muria amosó ente la nublina. Llegara al mio destín. Atopara la cabana.
Mi regreso al norte está siendo prolífico en proyectos que parecen hacer sostenible una soñada vida cada vez más rural donde la construcción ecológica y la rehabilitación artesanal hagan posible una vida sencilla. Estos proyectos me roban, una vez más, el tiempo tan escaso que dispongo para escribir sobre mis experiencias en este espacio, pero no quiero perder la oportunidad para compartir los comienzos del proyecto personal que llevo imaginando tanto tiempo, la rehabilitación de una cabaña de herencia familiar.
Situada en una braña del concejo de Piloña, a 820 metros de altura, la cabaña está compuesta por dos espacios diferenciados: la cuadra que daba cobijo al ganado que pastaba en la braña durante el verano y un pequeño espacio, construido posteriormente, cuyo uso estaba reservado al pastor, como refugio donde pasar la noche en caso de necesidad.
Calculando unos 50 años de abandono, esta pequeña muestra de arquitectura popular rural se encuentra en un avanzado estado de ruina debido a dos factures fundamentales: El fuego y el agua. Un incendio afectó y destruyó la estructura de madera de la cubierta, cuyo derrumbe dio vía libre al agua para filtrarse en los muros de dos hojas de mampostería ordinaria con relleno de tierra. Este relleno, al lavarse, produce una deterioro progresivo del muro que conduce al inevitable colapso.
La cabaña está emplazada en lo alto de una colina que domina la braña, con la singularidad de que se encuentra parcialmente enterrada en la misma. Este enterramiento puede responder a diversos motivos. Además de protegerla frente a los vientos dominantes, la excavación puede haber ayudado a apoyar los muros directamente sobre la roca, al mismo tiempo que la tierra obtenida se pudo haber aprovechado para realizar el mortero y el relleno del muro de mamposteria.
Sin duda, otra gran ventaja de encontrarse en un lugar privilegiado de la braña, son las estupendas vistas que se disfrutan desde la cabaña, alcanzándose a ver, enmarcadas tras un constante tapiz de montañas allá donde se pierda la mirada, las nieves eternas de los Picos de Europa.
Recordemos que este paisaje es tanto natural como cultural, es decir, buena parte de lo que deleita nuestra vista es el resultado de un proceso de antropización del medio que se remonta alrededor de 3.000 años. La permanencia de este entorno natural no sólo está amenazada por el cambio climático, las grandes infraestructuras o la especulación urbanística. Si los modos de vida tradicional que sustentan este paisaje desaparecieran, consigo sucumbiría el horizonte asturiano tal y como lo conocemos ahora.
Volviendo a la cabaña, los largos años de abandono han convertido su interior y los contornos de los muros en un espacio protegido donde campa a sus anchas todo tipo de vegetación: escayu (zarza), hedra, ortiga y mofu (musgo) entre otros. También es un lugar seguro donde se refugian algunos curiosos reptiles: sapos, sacaveras (salamandras) y llagartesas, que me vigilan mientras realizo las primeras labores de limpieza.
Poco a poco van asomando los muros tras los densos mantos de vegetación salvaje revelando, en cada rincón, pequeños y hermosos detalles como un ventanu, alguna hornacina y la roca madre sobre la que se apoya la cabaña.
Las labores de limpieza han de realizarse con mimo y cuidado ya que es habitual que las zarzas entierren sus raíces en el núcleo del muro. Si se retiran cuando están demasiado incrustadas, ademas de la planta, podemos poner en peligro la estabilidad del conjunto.
Una vez el muro queda expuesto a la intemperie, permitiendo las filtraciones de agua, las semillas de las plantas penetran a través de las juntas hasta alcanzar la tierra húmeda, donde germinan y crecen cómodamente, proceso durante el cual se generan pequeños movimientos en la estructura interna del muro llegando a agotar la resistencia del sistema.
Las consecuencias de este proceso pueden comprobarse en la siguiente fotografía donde, al retirar las zarzas que cubrían el muro, descubrí alarmado como la hoja interior de mampostería se había derrumbado formando un rudimentario arco de descarga. Debido al susto, fotografié la lesión una vez realizada la reparación de urgencia, pero por el color de la mampostería añadida se puede percibir el tamaño del hueco que una simple zarza puede abrir en un muro de sólida piedra.
Durante los próximos meses estivales espero remocicar el pequeño espacio reservado al pastor con la idea de crear un refugio donde habitar mientras se rehabilita el resto. Pero, aunque procuro ser prudente y planificar sólo los pasos más inmediatos, es inevitable que este proyecto llene de pájaros mi cabeza de soñador.
Porque algunos sueños no basta con alcanzarlos, hay que reconstruirlos.
Llenemos nuestra mirada de flores.
Dejala guapa eh !!!!!
Cuenta con ello, jefe!
Excelente Miguel!! y Felicidades. Saludos a tus pajarillos y un mega abrazo desde el Sur de Chile!
Emilia! Con gran retraso, pero… milenta gracies!
[…] Rehabilitación de cabaña en Piloña […]
[…] comentaba en el anterior post, la edificación está formada por dos espacios independientes, cuadra y cabaña, comunicados por […]
qué significa ñublu?
Significa niebla, aunque es una de las variantes menos habituales. También puede traducirse por borrina o nublina. Gracias por el interés, Álvaro!