El Ñublu_Puerta

Pela redolada del Tesu la Espinera un ruiu enturbia la paz del mur y lo fai fuxir al corazón de la muria onde se siente abellugáu. El mesmu ruiu tamién atrai al so antagonista, el gatu, na gueta de compaña y cebera. El cantarín ferruchu taraza tables de madera y frustraciones mientres l’agua, fuera, compite con él na creación de melodíes espontáneas. Una sorrisa ancha alluma la cara del brañeiru, ya nun va poder dicir aquello de que la puerta ta abierta siempres. Agora, una llenda castañal estrema’l llugar pa la introspeición de los espacios infinitos onde vivir esa esistencia senciella y deliberada. Medra la esmolición nel mur. Sabe qu’el Ñublu yá nun-y pertenez sólo a él. Anque’l brañeiru paez tolerante, el nuevu mundu traviesa toles criatures por igual. Pero nun temas, pequeñu mur, tovía tamos a tiempu de recuperar les formes ancestrales de convivencia.

gatu

Las insistentes avisos del último familiar que mantiene, gracias a la ganadería tradicional, los praos de la braña que rodean la cabaña, evidenciaban una urgencia que ya sentía y me apesadumbraba. El Ñublu requería una puerta. Poca broma.

La privilegiada situación de la cabaña, en la cima de una colina exenta donde la mirada sólo encuentra un horizonte limpio y bucólico allá donde se piedra, también esconde un peligro latente: La desnuda exposición a los fuertes vientos que azotan ocasionalmente las cumbres. Los brañeiros respetan esa impetuosidad casi hasta la exageración, pero los temporales y las cubiertas que han visto volar a lo largo de sus vidas, de mucho mayor porte que la del Ñublu, transforman esa superstición en algo muy real y devastador. Para evitar el efecto vela que se llevase mis sueños por los aires, la siguiente prioridad, tras la cubierta, sería cerrar los huecos por donde pudiera filtrarse Nuberu. Manos a la obra.

En esta ocasión, un nuevo criterio se añadiría a la fabricación de la puerta: La necesidad de reutilizar los materiales sobrantes en la construcción de la cubierta. Esto limitaría su diseño a la disponibilidad de tabla de diferentes anchos y 3 cm de espesor, junto con una viga de 15 x 7 cm y 4 m de longitud, todo en castañal. Este condicionante no debería impedir la mejora de la habitabilidad del espacio al mismo tiempo que intentaría conservar el respeto hacia las maneras y sistemas tradicionales del entorno. Así pues, la primera tarea del proceso consistió, una vez más, en relajar la mirada y dar un paseo por la braña y sus alrededores, en busca de esos testimonios donde todavía está impreso el pasado, no tan lejano, donde realizar una lectura profunda de las necesidades y habilidades de las personas que han utilizado y habitado el lugar. La esencia que sostiene todo el proyecto.

carpinteria

La carpintería que se encuentra en las cabañas y cuadras de la montaña asturiana reproduce la filosofía de la que mana toda arquitectura vernácula, la optimización de los recursos en cuanto a sencillez constructiva y acceso a los materiales del más inmediato entorno.

El cargaderu y los marcos generan la estructura que recibe las tablas de madera que cerrarán el hueco, ya sea puerta o ventana. El encuentro entre ambos se realiza habitualmente a media madera, con una punta para fijarlos, aunque existe también algún ejemplo de uniones a caja y espiga. La base de los marcos se encaja en la piedra de entrada, tallada para este fin, con lo que se contienen los movimientos del conjunto. Los tiradores son de madera, pero el resto de herrajes de hierro han sido pasto del óxido debido al abandono y la falta de mantenimiento, obligando a utilizar medios improvisados para cerrar las pocas cabañas cuyos propietarios no quieren miradas curiosas. Este sentimiento de propiedad también se refleja en el hierro utilizado para marcar las puertas, el mismo que antiguamente se utilizaba para identificar al ganado.

Así pues, reunida la información y los materiales disponibles, llegó el momento de dar forma a las tablas a golpe de serrucho y sudor.

esquema_llana

La puerta es una pieza clave para mejorar las condiciones de habitabilidad del Ñublu. Siendo un espacio tan pequeño, su repercusión en el conjunto de la superficie envolvente es considerable, por lo que el planteamiento consistiría en aislarla lo más eficientemente posible, pero contando sólo con medios artesanales. La solución vino dada, como tantas otras veces, gracias al apoyo de redes cercanas donde se comparten inquietudes, conocimientos, habilidades e, incluso, ¡lana de oveja!

La vida me ha puesto en contacto con Inés y su joven proyecto de «creaciones artísticas de fieltro con lana ecológica»: reddelana. Utilizando como modelo los rollos de lana que se comercializan como aislamiento ecológico para la bioconstrucción, Inés diseñó y creó pequeñas piezas, de unos 5 cm de espesor, con los que poder rellenar cualquier superficie horizontal. Para crear el hueco donde introducir la lana, la puerta se construyó con dos líneas de tablas separadas por un marco, a modo de esqueleto, que generaría el espacio necesario.

Para proteger la lana, el punto débil de este material, se utilizaron aceites esenciales de lavanda y árbol del té, así como orégano y pimienta negra, todas ellas sustancias que repelen los insectos de forma natural, pero como todos materiales orgánicos, están sometidos a una degradación evolutiva, por lo que esta experiencia también servirá para investigar sobre la viabilidad y durabilidad de este tipo de tratamientos aplicados de forma artesanal.

seccion

La unión del marcu con el cargaderu se realizó respetando la solución tradicional a media madera pero, al contrario que en los ejemplos que pude encontrar durante los paseos de exploración, la puerta se colocó en la cara interior del muro, y no en el exterior como se acostumbra a hacer en la zona. De esta forma se protege el elemento de la ocasional torba, lluvia acompañada de viento, detalle imprescindible teniendo en cuenta el escaso avance del alero por los motivos que se explican en la entrada correspondiente a la cubierta.

Al retranquear la puerta, el sobremuriu pierde la función de cargaderu, por lo hubo que idear e implementar un componente que sirviera para encajar el marcu. Para ello se utilizó el sobrante de una de las vigas de castañal y se tuvo el cuidado de enlazarlo con la primera línea de tablas que forman la cubierta sobre las que apoya el aislamiento de corcho. Para ello se introdujo una cuña de madera sobre las que se clavaron puntas que unieron los tres elementos: Tabla, cuña y cargaderu.

dintel

Listo el cargaderu, la siguiente tarea fue la que más tiempo consumió de todo el proceso: Realizar el cajeo a lo largo de toda la longitud de los marcos con la única ayuda del formón y la maceta. Esta talla sirve de tope para el cierre de la puerta al mismo tiempo que impide las filtraciones directas de aire.

Pese a todo el tiempo invertido en el marcu, y sus posteriores e innumerables ajustes, trabajar a mano con esta pieza de madera resultó ser una experiencia muy gratificante. Aunque ya había tenido otras oportunidades de utilizar el formón, en cursos de talla y otras estructuras de madera, nunca hasta entonces me había tenido que enfrentar a una pieza de semejantes dimensiones. El secreto consiste en establecer un diálogo con la madera, cuyo código es la dirección de las vetas, para que ésta te permita desbastarla de forma fluida. Cualquier otra forma de atacar la madera con herramientas manuales conduce al error y la frustración. Una enseñanza elemental que podríamos aplicar a tantas otras facetas de nuestra vida.

Con las piezas del marcu listas, llegó la hora de resolver el punto más sensible de la puerta, el anclaje de éstas a la base. Este detalle, especialmente delicado, se complicó más aún al seccionar las vigas excesivamente cortas, por lo que no había apenas margen para hincarlas al terreno con suficiente seguridad.

apoyo

La solución se obtuvo, en primer lugar, buscando entre las numerosas llábanes una que midiera exactamente el ancho del hueco, para encajar el marcu en ella y evitar los movimientos laterales. Como la muria de mampostería no mantenía una plomada perfecta, hubo que rellenar los huecos que se crearon entre ésta y el marcu mediante cuñas de piedra del espesor adecuado.

Unos topes, también de piedra, sirvieron para anular el resto de posibles movimientos de cada marcu. Estos se anclaron al terreno, en la medida de lo posible, rellenando cualquier holgura con mortero de cal hidráulica y arena.

llabana

Ésta no es, ni mucho menos, una solución ideal. La falta de medios, en este caso, limita la posibilidad de fijar en más puntos y solidarizar el marcu con la muria. Teniendo en cuenta las circunstancias, el aspecto de la puerta en conjunto es sólido, pero esto no quita que entienda sus limitaciones y, por ello, sea un objeto que requiera delicadeza, como toda pieza de artesanía se merece. Hasta que no encuentre una forma sencilla de mejorar el sistema… ¡por favor, no deis un portazo al salir!

Tras comentar lo más trabajoso y lo más sensible, ahora le toca el turno a lo más duro. El diseño de la puerta es con cuarterón, o como en Asturias se llama a una puerta con dos hojas horizontales, aunque en otras partes recibe el nombre de puerta holandesa. Ésta es una tipología habitual en infinidad de lugares con carácter rural, pero no es una solución tradicional que encontremos en cabañas de monte, donde se busca la máxima simplicidad para cada necesidad.

En este caso, el respeto a la tradición cedió ante la mejora de la habitabilidad como criterio principal a tener en cuenta en el planteamiento. Además de aislamiento térmico, el Ñublu carecía de algo fundamental para ocuparlo: ¡Luz! Disponiendo tan sólo de un ventanu de pequeño tamaño, éste era suficiente cuando el uso tradicional de la cabaña era esporádico, localizando la actividad principal del pastor fuera de la misma atendiendo al ganado.

puerta

Una puerta con cuarterón es un recurso eficaz para dar más luz a la estancia, sin tener que abrir huecos en la muria de mampostería. La parte superior, independiente, puede permanecer abierta para ventilar e iluminar mientras el acceso sigue estando limitado y se conserva cierta intimidad.

El problema de este sistema, y de terminar construyendo una estructura de tablas superpuestas que alcanzan casi 10 cm de espesor, es el excesivo peso del conjunto y la necesidad de ensamblar cada pieza, por separado, a las bisagras.

A punto de tirar la toalla en varias ocasiones, finalmente conseguí situar el tótem en su pedestal. Pero la fiesta no hizo más que comenzar, fueron necesarios un sin fin de ajustes hasta que la puerta pudo cerrar completamente.

mortero

La última tarea para dar por terminada la ejecución de la puerta buscó eliminar las filtraciones de aire. Por un lado, debido a las irregularidades de la muria de piedra, hubo de rellenarse los huecos con piedra menuda y mortero de tierra, cal hidráulica y arena, por ser éstos los materiales que tenía a mano. Entiendo ésta como una solución provisional, ya que el encuentro entre este tipo de mortero y la madera siempre produce fisuras al no existir ligazón física entre materiales. Realizar muescas en la madera o intercalar un elemento textil entre ambos, como tela de yute, suelen ser soluciones óptimas.

Por último, dos tablas de madera, una por cada lado, taparon el hueco generado entre la puerta y su cuarterón. Y tras lo cual sólo quedaba cerrar… y ajustar… y volver a cerrar… y volver a ajustar…

cuarteron

Esto es lo que da de sí hablar de una puerta. Agradezco, como tantas otras veces, la paciente lectura y la oportunidad de compartir esta humilde experiencia desde esta plataforma.

Y no, la puerta del Ñublu ya no está siempre abierta, pero el mur (ratón) no parece darse por aludido ni tampoco quiere recuperar esas formas ancestrales de convivencia. ¡Se ha comido mis lentejas!

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11 comentarios

  1. Willy · · Responder

    Muy buena entrada Miguel. Gran trabajo el que has realizado. Mis felicitaciones.

    1. Muchas gracias, Willy. Yo más bien veo una entrada muy grande para una puerta muy pequeña :)

  2. elio garcía · · Responder

    Enhorabuena Miguel. Gracias por compartirlo. Como te envidiamos!!!. Excelente lo técnico pero sobre todo el tono… Un abrazo

    1. Gracias Elio, qué ilusión saber que sigues visitando este espacio! Lo técnico se puede ir mejorando, pero el tono sale más de dentro y no sé si es posible cambiarlo :) Un abrazo fuerte!

  3. BLANCA · · Responder

    Me gusta muchisimo la puerta. Hasta hoy no encontré estos artículos. DIVINOS. Me gusta la gata. Un besin

  4. Ole por tu paciencia!
    Se por experiencia lo tedioso y descorazonador que puiede llegar a ser intentar recuperar una puerta antigua o en tu caso encajar una nueva en un marco antiguo. Es una lucha contra ti mismo casi. La madera muestra su lado mas antipatico y se empeña una y otra vez en no encajar todo lo bien que tu quieres y vuelta a ajustar…
    Pero cuando la tienes…. tesarias todo el dia mirandola, como si por fin os acabarais de conocer…y gustar.
    Cuando necesites una mano amiga que te ayude en lo que sea, solo tienes que convocame con algo de tiempo y con gusto me acercare unos dias a ayudarte.
    Enhorabuena.

  5. Esas zapatillas de felpa de abuelo son geniales. Yo las uso para todo. Si las hicieran con punta reforzada, las llevaria a la obra tambien.

    1. Puedes meterlas en unas madreñes (zuecos, albarcas…).

      :)

  6. muy chulo, enhorabuena, qué gusto tanta piedra!!!

    1. Ay! Mis riñones no sé si estarán muy de acuerdo :)

      1. Ya, es lo que tiene esto, ja, ja, ja, de aquí a un tiempo todos con cobijo pero deslomados

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