Teitos somedanos

El pasado verano tuve la oportunidad de participar en un taller de autoconstrucción (failo tú mism@) «Low Tech Monitor Architecture» organizado por ecoLAB en la que se construyó un tendayu (tendejón) diseñado por el autoconstructor Rens Willet en colaboración con el Colectivo Zoohaus.

tendayu

La arquitectura Low Tech estudia y analíza las técnicas y materiales constructivos del pasado aplicándolos desde nuevas perspectivas para lograr edificaciones que mantengan las necesidades de eficiencia actuales, introduciendo en sus procesos consideraciones medioambientales y sociales. “El sistema Low tech se basa en tres principios: potenciar el uso de materiales locales, adoptar técnicas del pasado que estén a punto de desaparecer, y lograr que dichas técnicas estén al alcance de todo el mundo».

Universitat Politènica de Catalunya

Durante los dos días que duró el taller, levantamos la estructura del tendayu utilizando rollizos de madera de castaño desbastada in situ con uniones a base de caja y espiga, tornos de madera de acacia y jabalcones para dotar de mayor resistencia al conjunto. El proceso de construcción quedó documentado en la siguiente galería y sirve de ejemplo de lo que puede ser la andecha, trabajo comunitario, de la que hablabamos en otro post de este blog.

tendayuLa cubierta del tendayu, en un principio, se pensó en dividirla en dos partes para realizar una cubierta ajardinada en una de ellas y en la otra una cubierta vegetal o teito, que es como se conocen en Asturias a las cubiertas vegetales, ya sean de escoba (Cytisus Scoparius), piorno (Genista florida) o paja (a paleta o baguna).

Así que, ni cortos ni perezosos, el grupo de trabajo de ecoLAB puso rumbo a Somiedo para participar en un taller de teitado impartido por Toño, maestro teitador, con el apoyo de María Teresa, directora del Ecomuseo de Somiedo, durante el cual se procedió al rozado de la escoba, se reteitó parte de una cabaña, se dio un agradable paseo por el Ecomuseo y finalmente se almorzó en el Lago de Saliencia donde coincidimos, inesperadamente, con la Romería de la Trashumancia.

trashumancia

Aunque por extensión se conoce como teito al edificio en su totalidad, siempre que cuente con cubierta vegetal, la palabra teito hace referencia en Asturias exclusivamente a dicha cubierta, pudiendo encontrar chozos, cabañas, molinos u hórreos teitados. Esta cubierta vegetal, como comentabamos anteriormente, puede estar formada por escoba, piorno o paja, aunque tradicionalmente en las brañas somedanas se usa escoba.

Comprender el motivo de la elección de una determinada especie vegetal u otra es sencillo cuando se estudian los materiales que se pueden encontrar en el entorno de cada asentamiento. En las brañas de Somiedo, donde la población subsistía principalmente gracias a la ganadería y los alrededores montañosos no eran aptos para la agricultura, usan la mencionada escoba (Cytisus Scoparius). En cambio, en latitudes más amables donde el cultivo de cereal es abundante, incluyendo la primitiva espelta, los teitos son de paja.

También hay que mencionar la importancia que adquiere el rozado o corte de la escoba, dentro del proceso tradicional de teitado, y de cómo este corte influye en la durabilidad del conjunto. Esta tradición no ha sido respetada por algunas de las empresas que han sido contratadas por la Administración para tareas de conservación del patrimonio somedano, lo que ha provocado el recelo de numerosos vecinos de las brañas:

El corte de la escoba sigue unas condiciones que suelen ser estrictamente mantenidas por los somedanos, como hemos tenido amplia ocasión de constatar. Es muy importante el seguimiento del calendario lunar, que se mantiene para esta operación. Se debe cortar según la fase lunar, siendo de rigor por tradición que se efectúe durante el cuarto menguante; de ese modo la escoba dura hasta doce o más años, como aseguran los sometamos; de los contrario la planta pudre, se parte y no resiste. Además se busca preferentemente que sea el menguante de agosto (la alternativa es el de enero) por ser el más activo. Por tradición, el somedano corta en general la madera siguiendo este rito, que la experiencia ha demostrado que es eficaz (de igual modo actúan en el Macizo Central y en los Alpes).

Carmen-Oliva Menéndez

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Para encontrar el origen de este tipo de vivienda tradicional habría que remontarse hasta el Neolítico, pero no existen restos que puedan confirmar una hipótesis concluyente al tratarse de un material perecedero. Por suerte aún pervive está cultura arquitectónica en toda Europa Occidental, pudiendo encontrar ejemplos de viviendas teitadas no sólo en Asturias, sino en el resto de la península, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Suecia, Islas Feroe e incluso Islandia, como podemos comprobar gracias al fascinante libro, premiado con el Premio Europa Nostra, de Carmen-Oliva Menéndez. Y más allá aún, en lugares tan dispares como Hobbiton o Edoras, cubrían sus viviendas con materiales vegetales.

Cabe destacar que toda vivienda tradicional de cubierta vegetal se enmarca dentro de lo que Yago Bonet Correa llama «arquitectura del humo» donde la vida giraba alrededor del núcleo formado por el llar (hogar):

El humo, que hoy para nosotros es como mínimo desagradable, tenía para las gentes antiguas de la Europa húmeda otro significado. El humo conserva las provisiones, en particular el pescado, la carne, el tocino y el queso; e impregnando la cubierta, se conseguía que toda la materia orgánica de la techumbre permaneciera sana. El humo era además un desinfectante que ahuyentaba los parásitos.

Esta denominación de «casa del humo» se aplica a toda aquella vivienda que no tiene conducto específico para éste […] el humo es en cierta medida deseado como método de desinfección, conservación y calefacción […] cuya evacuación se hacía a través de la permeabilidad de la propia cubierta de paja.

Si después de todo este rollo todavía nos quedan ganas de profundizar en el estudio de esta tipología arquitectónica vernácula, estamos de enhorabuena. En la actualidad, se han venido publicando numerosos trabajos que dejan al descubierto las carencias que ofrecen las obras clásicas de Carlos Flores o Luis Feduchi, obligadas referencias en el mundo de la arquitectura popular pero que, en el caso de Asturias, sólo ofrecen opiniones de oídas llenas de contradicciones, falta de rigor e, incluso, cariño. Algunas de estas recientes obras, recopiladas en la bibliografía de este post, ofrecen un estudio tanto etnográfico como constructivo, donde los detalles, gráficos y dibujos desentrañan todos los secretos de esta magnífica muestra de arquitectura popular que es el teito.

Teito

Esquema constructivo de una cabaña, según A. Graña y J. López.

FOTOGRAFÍAS: Cristina Ferrández y Lorena Lozano.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:

  • MENÉNDEZ MARTÍNEZ, Carmen-Oliva. Teitos. Cubiertas vegetales de Europa Occidental: de Asturias a Islandia. Colegio de Aparejadores de Asturias, 2008.
  • ÁVAREZ GONZÁLEZ, Mario. El teito de escoba en Somiedo. Colegio de Aparejadores de Asturias, 2001.
  • LINARES GARCÍA, Fernando. La arquitectura de las brañas somedanas. Universidad de Valladolid, 2004.
  • GRAÑA GARCÍA, Armando; LÓPEZ ÁLVAREZ, Juaco. Los teitos en Asturias. Un estudio sobre la arquitectura con cubierta vegetal. Muséu del Pueblo d’Asturies, 2007.
  • BONET CORREA, Yago. La arquitectura del humo. Fundación Caja de Arquitectos, 2007.

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